Todo comenzó con la contratación de Néstor “Mamá Osa” Salazar como director técnico en el 2007 para que estuviera al frente de un proyecto donde la juventud. Nueve años después, aún sigue vigente.
Los nóveles Jesús “Zancudo” Centeno, Luis Bethelmy, Juan Herrera y Kenji Urdaneta se foguearon en la final del año 2007, la cual ganó Guaiqueríes de Margarita. Ese fue el primer aviso.
Un año después dicho plan se consolidó con el título que consiguió en el 2008 frente a Gaiteros del Zulia con el legendario Víctor David Díaz a la cabeza. Ese fue el primer título de Salazar como entrenador de Venezuela en su trayectoria, luego de perder las finales de 2002 con Panteras, 2005 y 2006 con Guaros de Lara y 2007 con Cocodrilos.
La primera gran decisión de la gerencia reptil de salir de una figura fue de Víctor David Díaz, quien en 2009 defendió el naciente equipo de Gigantes de Guayana. Con la corona de 2008 ¿Por qué salir de uno de los mejores jugadores del baloncesto de Venezuela?
Juan Herrera es la respuesta a esa interrogante. El hijo de Adelaida reclamó minutos en cancha, “Mamá Osa” se los dio y el resultado fue que en 2009 él respondió a la confianza. En dicha temporada, el quinteto de la Cota 905 asistió a su tercera final en fila; esa serie se la llevó Marinos de Anzoátegui.
No obstante, Caracas siguió creyendo en sus jóvenes. Con la experiencia del “General” Henry Páez y la madurez de Herrera –quien era el capitán del equipo para aquel entonces- Bethelmy y Centeno, junto a los valores emergentes como Darwin Matos, Miguel Rivas y Windi Graterol le dieron la revancha contra el Acorazado Oriental para obtener su título en la campaña 2010.
Ese mismo núcleo, más la adición de Néstor Colmenares, en 2011 disputaron la tercera final en fila contra Marinos y la quinta corrida para la tropa avileña. En esa ocasión, los inquilinos de la “Caldera del Diablo” se titularon.
Ahí comenzó una nueva salida de sus figuras y para la campaña 2012, Herrera fue a Panteras. En su momento, la fanaticada expresó su descontento, pero los jóvenes continuaron dando el empuje y para la contienda de 2013, en la cuarta final frente a Anzoátegui, Caracas se llevó el título, contra todo pronóstico, porque no partió como favorito. Sin embargo, la fuerza de su juventud Salió a relucir.
Luego de ese título se marcharon Jesús Centeno, Luis Bethelmy y Windi Graterol. Tales movimientos provocaron cierta desconfianza en los fanáticos capitalinos, porque se acostumbraron a ganar, palabra que sigue siendo la filosofía del equipo.
La última figura en irse fue Néstor Colmenares. ¿La gerencia sabía que sus jóvenes le responderían?
Para el accidentado arranque de la temporada 2015-2016, Cocodrilos salió con un grupo de jóvenes para que agarren el ritmo a la Liga Profesional de Baloncesto. Nombres como Ángel Blanco, Moisés Texeira, Nelson Palacios, José Rodríguez, Leinfer Montes de Oca y Teobaldo Marcado son los chamos que están tomando experiencia.
¿Las figuras nuevas? César García, Yochuar Palacios y Lenín López. Poco a poco este grupo se está consolidando y le está dando éxito de una vez, porque Caracas cerró la eliminatoria con marca de 21-15 y se medirá a Trotamundos de Carabobo en la primera ronda de postemporada.
A la gerencia capitalina le gusta apostar a la juventud y aunque parezca un salto al vacío cuando salen de figuras consolidadas, el trabajo en su semillero es lo que le ha permitido brindarle encontrar oro en su talento, porque están trabajando para un nuevo título.
Además, tampoco le ha temblado el pulso a los directivos de salir de importados con trayectoria en la organización como Kevin Freeman, Leandro Garciamorales o el dominicano Jack Martínez, al tiempo que llevan contratando a Carl Elliott desde la zafra 2009.
¿La clave? Creer en un proyecto a largo plazo, con “Mamá Osa” al frente –en una liga donde los técnicos van y vienen- de una filosofía donde la juventud da el mejor tesoro y Cocodrilos es un experto en encontrar ese valor en los nuevos talentos.
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