Querida tesis llegó el momento de encontrarnos.
Quiero que sepas que tengo un susto, creo que en este momento lo definiría como miedo, por nuestro cercano encuentro. En enero 2018 voy a cursar Seminario de Grado en la universidad y dentro de un año, septiembre 2018, te inscribo para presentarte como último requisito para lograr mi título como licenciado en Educación Integral, en la Universidad Católica Santa Rosa, y hacer así realidad mi sueño de ser educador.
Actualmente, te veo como un monstruo, de esos que se esconden en el armario o debajo de la cama para asustar a los niños.
No quiero hacerme idea, por mis temores, de cómo será cuando nos veamos. No quiero generarme expectativas por la ansiedad. Sí, sé que es inevitable que nos veamos. Yo dependo de ti para graduarme y tú dependes de mí para comprobar mis conocimientos y para dar mi aporte a mi Ucsar durante mi paso por ahí. Ambos nos necesitamos, ambos debemos trabajar en equipo y ambos -al final del camino- debemos ser solo uno.
Por eso te estoy escribiendo, para comenzar nuestra relación de la mejor manera posible, con el pie derecho.
Sé que tu existencia en mi vida es para mejorar, para retarme a evolucionar. Sé que me harás salir de mi zona de confort, me exigirás y presionarás para sacar lo mejor de mí. Quiero que durante nuestra relación reine la comunicación, la confianza y el respeto. Aunque me asustas, no deseo basar nuestro trato en el temor, la incertidumbre y la angustia.
Te preguntarás ¿De dónde proviene mi miedo? Pues, te cuento...
Tú, mi querida tesis, serás mi primer trabajo de grado en mi vida. Antes no había tenido la oportunidad. Soy bachiller mercantil, mención Contabilidad, y mi requisito de grado fue realizar pasantías académicas y defenderlas. Cuando me gradué como periodista (Comunicación Social es mi matrimonio árabe) también el requisito para obtener el título fue hacer pasantías académicas y defenderlas.
Ahora, que estoy sacando Educación Integral (el amor de mi vida) es la primera vez que nos veremos las caras. Te confieso que siempre te miré con respeto, imponente y con autoridad. Aún te sigo viendo así, pero le agregas el temor que siento y es lo que tú me haces sentir en este momento.
¿De dónde nació mi miedo? No lo sé. Tal vez sea el susto de la "primera vez". A lo largo del camino -un año- quiero que nos conozcamos, que nos compenetremos y -como te dije hace unos párrafos atrás- seamos uno. En septiembre 20118 te inscribo para entregarte.
De mi parte, te digo que soy intenso, perseverante, inteligente y luchador. No sé darme por vencido. Te doy mi compromiso, mi fe en todo momento (especialmente cuando se presente la dificultad) y mi gallardía para convertirte en una realidad.
Te adelanto que el tema que versará mi investigación acción es en valores, porque usaré mi proyecto "Yo soy ejemplo" en ti. Ese será mi regalo para ti.
Visualizando el momento cuando me toque defenderte y el jurado nos diga "aprobado", nos veo felices, fundiéndonos en un gran abrazo de agradecimiento.
Sé que de mí depende cambiar la idea de "monstruo" que tengo de ti, mi querida tesis, y sé que eso lo iré logrando a medida que nos vayamos conociendo. Así que, después de obsequiarte la magia de mis palabras, comenzamos esta aventura que será construirte.
